¡Quién sabe!
¡¡Gran estación
es la estival!!
(¿En gestación
algo genial?)
Habla, zahorí:
¡Pss! ¡qué se yo…!
Puede que sí;
puede que no.
—¿Sabes tú más,
Juan Español?
(Calla… quizás,
duerme al resol).
Perdona, pues,
que te despierte,
que el sueño es
nuncio de muerte.
No estés inerte,
Juan Español:
oye —y advierte—
qué dice el sol:
Él te dirá
que su calor
cambiando va
por fruto flor.
(¡Calor fecundo,
que mueve un mundo
con su poder!).
Sobre el profundo
surco de ayer,
no duermas, Juan,
levántate;
despierta y ve:
Los trigos van
a su esplendor,
y llegarán
a fruta y pan
espiga y flor.
(—¿Cierto, zahorí…?
—¡Psss! ¡qué se yo!
Puede que sí;
puede que no).
Los trigos van
a su esplendor,
y llegarán
a fruta y pan
espiga y flor.
(—¿Cierto, zahorí…?
—¡Psss! ¡qué se yo!
Puede que sí;
puede que no).